YOU SHALL NOT PASS!!! a menos que te guste Star Wars y Rammstein =)

¡Bienvenidos sean a Mundo LuMaru! Aún estamos en pañales, pero queremos que se sientan cómodos y se identifiquen con cada nuevo tópico que sacamos. Hay risas y depresiones, muchos colores y cosas locas. Nuestro humor se basa en el sarcasmo o la ironía, y charlamos de temas generales y/o personales para todos los gustos. Te pedimos un favorsito: si tenes cuenta en Blogger, abajo de cada una de nuestras entradas hay dos casilleritos para calificar lo que sacamos día a día, así que sentite a gusto de tildar el que más te guste.
¡Abrazos!
(We can live like Jack and Sally)

jueves, 23 de mayo de 2013

El Mundo ríe, El Corazón llora...


¡Esta tipa ya escribío como quince mil entradas y yo ninguna! ¡Dios! Ya me está hartando, se cree mejor que yo. Pero ahora le voy a demostrar quién manda en este blog, LE VOY A DECIR SUS VERDADES Y LUEGO VOY A CONT...(entrando maru a la pieza) ¡CORAZÓN! ¿CÓMO ANDÁS? ¿COMPRASTE UNA NUEVA COLECCIÓN DE DESTORNILLADORES? ¿Maru? ¿Qué estás haciendo? Mar... maru, qué... mar... MA... MARU... QUÉ CARAJ... ¡AAAAAAAAAAAAHHHH! (escena de sadomasoquismo sensurada con uso de látigo y destornilladores y una grúa). Precioso.

¡Buenas a todos! Hace mucho que no escribo, por lo que corté mi ritmo de redacción y cuando eso pasa, generalmente, también ocurre que comienzo una entrada diciendo puras pelotudeces. Pero bueno, no me queda otra que tratar de engancharme con lo que hay.

Y otra cosa: ¡¡CIERREN LA PUERTA!! ¡¡GRACIAS!!
Dicen por ahí que el silencio es indispensable para trabajar en un proyecto o hacer alguna tarea o realizar algún tipo de trabajo. Ese mismo silencio indispensable que tus padres interrumpen abriendo a todo pulmon las puertas, silbando a más no poder, cantando, bailando samba y rumba con un altoparlante que se escucharía hasta Urano y tendría retorno encima. Ese mismo silencio tan preciado que interrumpe tu hermana de como quince años (no me acuerdo cuánto tiene la mía, y encima mañana cumple) hablando por telefono, cagándose de risa de alguna deformidad pelotuda de la realidad o (claro, cómo no) cantando con su mejor amiga por teléfono. Hay veces que pienso que nadie en este planeta sabe cantar como yo, por lo que lo que hacen los demás es un intento de homicidio a mis orejas. Hay otras que soy un poquito más humilde y pienso que nadie sabe cantar, inclusive yo; pero no por eso tienen que CANTAR TAN MAL, TAN ALTO Y TAN CERCA MÍO CUANDO QUIERO (EN EL ÚNICO ENFERMO MOMENTO DE INSPIRACIÓN DEL AÑO DE MIERDA) TRATAR DE HACER ALGO QUE ME SALIÓ DEL FONDO DEL CULO DE LA IMAGINACIÓN PARA LUEGO SENTIRME ORGULLOSO DE LO QUE HAGO Y DEJAR DE SENTIRME TAN INÚTIL. Después te cagan a pedos todos juntos y a la vez porque no hacés nada en todo el día. Je. De verdad... tienen que estarme jodiendo.

Los mato. Fin.
Sí, para responder a tu pregunta que ni siquiera estás formulando pero como yo digo que la estabas pensando, entonces lo estabas (porque yo lo digo). Escribí todo ese parrafote anterior porque JUSTAMENTE ESTABA ESCRIBIENDO ESTA ENTRADA Y EMPEZARON A ROMPERME LOS CATAPLINES (tanto papá como hermana) CON ESOS SILBIDOS DE MIERDA AGUDOS QUE HACEN QUE UNO SE PREGUNTE CÓMO MIERDA NO SE ROMPEN LOS CRISTALES DE LAS VENTANAS EN CINCO MIL PEDAZOS. Los vidrios no se romperán, ¡pero ojo, eso sí: mis oidos sangran igual!

Tiene razón Maru: hay mucha gente que nos hace daño. En este caso es mi propia familia, que no respeta la privacidad de uno. Lamentablemente, uno la sigue queriendo igual (cof, por obligación, cof, y porque me dan de comer, cof, y porque hay compu, cof). Pero no sólo la gente que conoces te hace daño.

Uffff... ¿a la mierda nomás?
Pensé que llegaba más lejos...
Hay miradas en la calle que también lastiman. Miradas de indiferencia. Miradas violentas. Palabreríos inútiles entre terceros que hacen que otros nos sintamos incómodos, e inclusive eso es lo que altera nuestro humor por el resto del día. También sucede con la gente con la que uno se trata directamente en el día, mucho más si es con gente pelotuda y deficiente (como los compañeros de clase de uno, o los compañeros de trabajo de uno, o aquél gran estúpido que se queda media hora hablando con otra persona desde el ascensor mientras vos [sí, vos] como un/a pelotud@ te empezás a acordar de cada miembro familiar de mencionada personita). Los imbéciles en el mundo son muchos, y se han encargado minusciosamente de infectar cada ambiente posible donde habite el ser humano normal (normal = se levanta temprano, estudia, trabaja, mantiene una familia o forma parte de una familia que anda más o menos, resuelve sus problemas educacionales, laborales, familiares y personales de un modo correcto y sin tomárselo con alcohol a cada segundo de depresión extrema; se mastica la realidad que le regalaron con pan y con agua; etc.).

A veces pedir un mundo así es soñar demasiado.

La gente que conocemos y son allegados, y encima nos hace daño, hacen que (sinceramente) querramos dejar de vivir. No, pará: te lo digo en serio. Digamos... ya tenés las bolas/ovarios a la pomarola con la cantidad de gente idiota que tenés que soportar física y virtualmente a diario, como para que encima tengas que soportar que te traten mal directa o indirectamente personas en las que confiás. O que creías confiar.

Si te oscurecen el cielo, dificil será volar.
Uno a veces no se da cuenta, y llega al hogar hecho mierda y de mal humor. ¿Porque así lo queremos? Para nada. Llegamos así a casa porque es lo que nos hicieron tragar durante el día, entonces acuérdense de esto siempre (para poder entenderlo): el hombre caga lo que come. Si comés violencia, vas a cagar violencia. Si comés tolerancia, vas a cagar (o mejor dicho, derrochar) tolerancia. Hoy me pasó algo así, y de pronto recordé que cuando tenía dieciseis años era muy educado y respetuoso, y si alguien hacía mal algo o no cumplía con alguna promesa o algo por el estilo, o (yendo a algo muy básico) no me iban a buscar a tal lugar y me dejaban esperando, abrigado hasta las bolas con 30º de calor y encima estando parado... yo recuerdo que en casos extremos o casos como este ejemplo jamás me enojé con nadie. Y tampoco era que me masticaba el enojo. Simplemente no lo sentía. Dejaba a mi cabeza aprovechar ese tiempo para volar, despegarse del momento y pensar en otras cosas que haría luego, planes, imaginación rotunda de videojuegos, dibujitos, pelis, música. Recordé esto y me di cuenta de que en una mayor parte dejé de ser ese, y soy otro distinto. Las obligaciones, mis padres y esta sociedad puta me cambiaron. Doy gracias que aún tengo esa conciencia de niño viva en mí (lo que resta de ella) como para estar viajando a algún lado en algún momento del día y de pronto frenar y ponerme a pensar en estas cosas (en el típico modo "ausente").

Que el universo te escuche.
Todos te van haciendo mierda de a poco, y te van moldeando una nueva forma, más rústica, más sólida, más rígida. Para eso, te tienen que lastimar, claro. Pero hay veces que la sociedad es tan estúpida que cuando suplicás "dejame de lastimar de una vez, por dios", es tán imbécil y tan hipócrita que te sigue clavando ese bendito puñal sempiterno en el medio de la espalda joven y nueva que tenés, retorciéndote la alegría y confirmándote de que son todos tus peores enemigos. Parece que estuviera hablando del punk, pero en realidad es tango, señoras y señores. Es un tango que no se va a terminar a menos que el ser humano desaparezca de la faz de la Tierra.

Somos nuestros peores enemigos. Somos nuestro castigo. No hay más infierno que lo que uno puede ver con sus propios ojos y percibir con los cinco sentidos restantes. Si hay algo de bello en el mundo es tan sólo esa pequeña cosa que nos hace sonreir, fuera una persona o un lugar o un objeto. Ese es el único paraiso, gente. Lo demás son llamas.

Si el infierno está en cada uno,
cada uno ayuda a crear el infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario